Calienta la mezcla a unos 37º C: lo mejor es hervir previamente el agua, añadir la leche en polvo y después esperar a que se vaya templando. Antes de dársela al gatito, pruébala derramando unas gotas sobre tu piel...
Hay que tener mucho cuidado y dar el biberón de forma correcta, o podemos provocar una neumonía por aspiración. Si al gatito se le va la leche por la nariz, deberemos dejar de darle más leche hasta que logre regularizar su respiración y tenga limpias las vías respiratorias. La posición ideal del pequeño es la que tendría si mamase de su madre; por ejemplo, si se sostiene el biberón inclinado con la tetina hacia abajo con la mano izquierda, el cachorro o gatito debe sujetarlo en la mano derecha con la cabeza hacia arriba, ligeramente por debajo de la tetina, y las patitas en la palma de esa mano.
Sigue las instrucciones del envase, no le des más cantidad de leche de la recomendable (unos 2 ml. en cada toma) cada 3-4 horas.
Después de alimentar al gatito, procura que expulse los gases (como harías con un bebé humano).
Si la gata no se ocupa del gatito, no olvides estimular sus esfínteres después de cada toma, frotándolos suavemente con un algodón.
CON JERINGUILLA
CON CUENTAGOTAS O DOSIFICADOR
En ambos casos, el procedimiento es similar al indicado para el biberón. Sencillamente, para algunas personas resulta más sencillo utilizar dichos métodos.
La jeringuilla ha de tener una capacidad de unos 3-4 ml., de plástico desechable y, por supuesto ¡sin aguja!
En gatitos de bajo tono y perezosos a la hora de succionar del biberón, he tenido buenos resultados con un cuentagotas de vidrio y punta redonda. De esta forma voy suministrando al gatito el alimento gota a gota, muy lentamente, depositándolo en un lateral de su boca o en la punta de la lengua.