El gato de angora - el baño





Es mejor acostumbrar al gatito cuanto antes, si se trata de un ejemplar de exposición. En este sentido, los criadores experimentados de Persas opinan que 'cuanto antes' quiere decir incluso durante el primer mes de vida, sumergiendo al gatito en una palanganita donde recibirá sus primeras aguas bautismales como top show...

En el caso de los gatitos de compañía que no irán nunca de exposición ni saldrán de una casa segura, protegida y cerrada (outdoor), recomiendaría no bañarlos, salvo que sea imprescindible porque el gatito se haya manchado y no se le pueda lavar con champú seco o talco.

Conviene preparar muy bien "el escenario": hemos de disponer de forma ordenada y a mano una toalla grande (mejor si es vieja y áspera, porque absorberá mejor la humedad del cuerpo del gatito cuando le saquemos, empapado); un secador, ya enchufado y listo para arrancar a la mínima potencia y a temperatura media; cepillo y peine. La mezcla diluida de champú + agua, en un recipiente. En el baño debe crearse un clima agradable, cálido, tranquilo. La temperatura del agua no sobrepasará los 38-39ºC.

Antes de sumergir al gato en la bañera (nunca llena, sólo con la cantidad de agua suficiente para llegar a la mitad del cuerpo del gatito) aconsejo cortarle las uñas y peinar y cepillarle el pelo, para desenredarlo y airearlo, de modo que el champú penetre mejor en el manto.

El modo más apropiado de sumergir al gato es sujetándole con fuerza por la nuca y por los cuartos traseros, realizando la "inmersión" de forma rápida, sin titubeos, para no darle tiempo a reaccionar. Una vez se sienta en el agua, se quedará paralizado por la sorpresa un instante, que aprovecharemos para ir remojando su cabeza, la cola y las partes de su cuerpo que no hayan quedado sumergidas en el agua, procediendo a continuación a enjabonarle con cuidado de que no le entre jabón en ojos, boca y oídos. Nunca dejemos de sujetar con fuerza el cuerpo del gato, ejerciendo presión sobre la nuca y su espalda.

Hay que ser cuidadoso con el aclarado, pues de él dependerá el 90% del éxito de nuestro baño, no dejando restos de jabón que le darían al pelo del gato después un aspecto apagado y lacio. Insistamos, pues, todo lo necesario, aunque el gato proteste, y finalicemos con la ducha de teléfono, que nos asegurará un aclarado casi perfecto (y digo casi, porque el éxito del baño depende más de la actitud de nuestro gato que de nosotros mismos). Lo más importante es que se acostumbre poco a poco a recibir un baño y que llegue a verlo como una experiencia no traumática.

Para secar el pelo de un Angora Turco, basta frotarlo enérgicamente con una vieja toalla muy seca, incluso caliente (déjala en un radiador mientras bañas al gatito). Después péinalo y cepíllalo suavemente. Si hace falta, seca su vientre y las zonas más delicadas con el aire tibio/caliente del secador, o lleva al gato al lugar de la casa más caliente, donde él pueda atusarse tranquilo y completar la sesión de belleza.